(Prensa Librerías del Sur).- El cubano José Ramón Sánchez Leyva se define como un poeta racional e instintivo que pertenece a la nueva generación literaria de la mayor de las Antillas. Ha sido editor y codirector de la revista literaria “La Noria” y llegó a Venezuela para hablar de la resistencia de su Patria frente a la adversidad.
La sala Benito Yrady de la 20ª Feria Internacional del Libro de Venezuela (FILVEN) 2024 fue el espacio donde Sánchez Leyva presentó tres de sus publicaciones: “Aislada noche”, publicada en 2005 por Letras Cubanas; “Marabú” (Torre de Letras, La Habana, 2012) y 22 (Letras Cubanas, La Habana, 2012).
El poeta calificó a su primera publicación, “Aislada noche”, como una obra poética más pesada y compleja, en relación con sus siguientes textos, en los que reconoce poseer una voz mucho más directa y concreta.
Precisamente, aseguró que después de su primer poemario transcurrieron varios años antes de editar “Marabú”. Con esta obra pudo materializar una escritura más real, concreta y cercana al pueblo cubano.
Sánchez resaltó que Torre de Letras, una casa editorial cubana ya extinta, hizo un excelente trabajo con los pocos recursos que poseía. Con ellos logró una publicación artesanal de gran calidad, con un tipo de encuadernación basado en un antiguo estilo japonés. Incluso, recordó que en Asia se desarrolló una industria editorial desde muy temprana data.
Su obra predilecta
Al hablar de “Marabú”, lo definió como heredero de la tradición chamanista y simbolista. Es un libro que habla de la soledad del individuo con un lenguaje prácticamente barroco, un poemario en donde el sujeto lírico se mezcla con su ancestralidad animal y animista, pues se vuelve parte de ese entorno que lo rodea, se vuelve piedra, se vuelve planta. En fin, es un poemario “escrito con una furia interna contenida, un libro escrito bajo tremenda presión”, apuntó.
De esta manera, explicó que “Marabú” es el punto de coyuntura que le permitió pasar de ser un poeta imaginativo, profundamente metafórico, a convertirse en un poeta realista. Sostuvo que evolucionó a un realismo “lo más llano posible”, que no incluía solo la realidad concreta, sino que se sumergía en los sueños e imaginarios.
En este sentido, aseguró que “Marabú” conjuga varias etapas de su vida: la infancia, la juventud y las experiencias que ha tenido que afrontar y que se mantienen en su memoria de forma muy vívida.
El poeta explicó que el marabú es una planta endógena de Cuba que forma parte del paisaje de la isla. Para él representa ese espíritu de lucha que ha caracterizado al pueblo cubano durante muchos años.
Por último, detalló que justo en el medio del libro se deja de lado la poesía para presentar relatos que abordan temas como “el erotismo y la sexualidad, de la forma más salvaje, descarnada y animal”; y también el amor “que se multiplica en Cuba desde hace varias décadas”.
Prensa FILVEN