(Prensa Librerías del Sur).- El libro Muertos incómodos, de Paco Ignacio Taibo II, es una novela policial donde se revela la realidad que viven los habitantes de los pueblos indígenas.
Es una obra donde confluyen las historias de los muertos incómodos, como un rompecabezas, un mapa fragmentado en recortes, una historia que es muchas historias, un rostro que es todos y ninguno, transformando la ficción en un juego.
La historia de este libro, que lleva el sello de la Editorial El Perro y la Rana, se desenvolverá mediante papeles, grabaciones, correos, pistas, llamadas telefónicas, Internet; los investigadores policiales tratarán de hallar el rastro de «El Malo», que tiene muchos rostros, muchas redes y muchos intereses. «El Malo» se ha encargado de cometer infinidades de crímenes contra los pueblos, contra la historia, contra la tierra y contra la memoria.
Tras estos actos cometidos, las autoridades aseguran que han caído estudiantes, mujeres, campesinos, lideres comunitarios y pueblos enteros. Además, se han firmado tratados económicos, negocios entre corporaciones, grupos de poder, sectas políticas e individuales.
¿Quién es el Subcomandante Marcos – (1994/2014)?
Personaje construido para ejercer la vocería del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Fue encargado para ser el medio de comunicación de las demandas de los pueblos indígenas zapatistas alzados en armas en Chiapas (México) en 1994, y su vocero principal hasta su desconexión en 2014. Su identidad es la de todos y todas las zapatistas, o la de botarga, o la de profesor universitario, o la de ecologista perdido en la selva, o la de holograma proyectado por los ojos de muchos.
Ahora el Subcomandante Insurgente Moisés es el vocero del EZLN y el Sub Marcos – «… unas letras vaciadas de todo sentido, sin historia propia, sin vida…» – muere para renazca Galeano, un compa asesinado en La Realidad. «Y la muerte se irá engañada por un indígena con el nombre de Galeano en la lucha, y en esas piedras que han colocado en su tumba volverá a andar y a enseñar, a quien se deje, lo básico del zapatismo, es decir, no venderse, no rendirse, no claudicar».