(Prensa Librerías del Sur).- Este viernes, la filosofa, historiadora y escritora Carmen Bohórquez ofreció una entrevista exclusiva al programa «Leyendo al sur», transmitido por Alba Ciudad 96.3 FM, donde dio a conocer detalles sobre la presentación de su próximo libro llamado La mujer indígena y la colonización de la erótica en América Latina en la 18ª Feria Internacional del Libro de Venezuela (FILVEN).

Además, dio a conocer su percepción sobre el proceso de colonización que se vivió en América Latina y el papel de Venezuela en el contexto geopolítico actual.

Usted como historiadora y escritora, ¿Cuál cree que es la importancia de está 18ª Feria Internacional del Libro de Venezuela en el contexto actual? 

– Aquí estamos participando activamente en la Feria Internacional del Libro de Venezuela (FILVEN). Actualmente, el mundo está atravesando una crisis no solo política o económica, sino que es una crisis de definición del ser humano en la que la humanidad se va a ver obligada a decidir qué camino quiere seguir. Si se seguirán los intereses del capital, el egoísmo y los intereses hegemónicos de un grupo de políticos que piensan que solo ellos tienen el derecho a la vida, a decidir qué cosas debemos pensar los demás, a tener bienestar material a su alrededor y que todos los demás pueblos del mundo tienen que obedecer ciegamente.

Eso lo nota uno cuando ellos hablan, por ejemplo, de que es necesario que el mundo viva obedeciendo un orden establecido. ¿Pero quién estableció ese orden? No es el mundo quien lo estableció, ese orden lo establece el Departamento de Estado de los Estados Unidos, el complejo militar que rige ese país; también lo decide esos tanques pensantes que se reúnen cada año a decidir cual es el papel que le va a tocar a cada uno de los 193 países que quedan en el mundo para que todo gire alrededor del bienestar de esa élite.

Entonces, Venezuela es el principal ejemplo de cómo hemos sido víctimas de ese orden que está basado en las reglas que ellos hablan. Es decir, es la regla del más fuerte, la regla de la selva. Nosotros como país hemos sido víctima principal de eso, por estar enseñando un camino alternativo a ese orden basado en reglas. El país ha sido objeto de 913 sanciones. Cómo es posible que un país como el nuestro, con 30 millones de habitantes, haya sido sometido a esas sanciones administrativas, cortándonos el acceso a todas las vías de proveer alimentación, vender petróleo, sólo porque ellos deciden que debe ser así. La humanidad no puede seguir sometida a esto. Es por eso que hay que apoyar está feria, porque es la feria de la reivindicación, de la dignidad del ser humano y de los latinoamericanos que quieren vivir en libertad.

Para esta FILVEN se va a presentar su nuevo libro «La mujer indígena y la colonización de la erótica en América Latina» ¿Qué podemos encontrar en su nueva obra publicada por Monte Ávila Editores Latinoamericana?

– Uno de los problemas que sufrimos los pueblos de Latinoamérica es que todavía no hemos superado la mentalidad colonial que se impuso por parte de la Corona de Castilla y Aragón, que llegaron a nuestras tierras y produjeron el mayor genocidio que se ha dado en la historia de la humanidad. Ellos se apropiaron de todas nuestras riquezas y nos sustituyeron todo el pensamiento originario que todavía se mantenía en la poca población indígena que quedó viva. Y nos creó una falsa conciencia.

Aunque se ha hablado mucho de esa colonización, hay un aspecto, ya que me preguntas por el libro, que ha sido, de cierta manera, dejado a un lado, un poco descuidado, a pesar de que se ha hecho bastante investigación. ¿Qué grado de profundidad tuvo esa colonización de España? Quienes nos impusieron un modo de organizar a la población. Es verdad que se crearon ciudades al estilo europeo, pero todo eso sirvió para imponer una sociedad regida en casta. Mientras que la mujer y el hombre indígena fueron las víctimas que más sufrieron esa colonización mental, social, económica y de saqueo.

Cuando uno hace la investigación histórica se da cuenta que los indígenas se desarrollaron más en todos los aspectos que los mismos europeos . En ese libro yo examino todas estas cosas, por eso es que se llama La mujer indígena y la colonización de la erótica en América Latina, porque también se colonizó nuestra relación amorosa.

¿A qué tipo de público está dirigido su libro? ¿Es únicamente para estudiosos e investigadores de la materia o también es de fácil lectura para el público en general? 

– Sí, es de fácil lectura; sobre todo porque es un tema que a todas las mujeres nos ha tocado de una y otra manera. Estamos además en un momento de liberación de la mujer y afirmación de la mujer como un ente pleno con los mismos derechos que un hombre. Sin embargo, hay muchas mujeres que siguen atrapadas, sometidas y explotadas y además viviendo una vida que ellas no se imaginaron.

Entonces por allí la obra ya debe interesar a todas las mujeres y hombres (ya que los hombres tienen un papel importante). Yo recomendaría el libro a todas las personas mayores de edad. Es un tema que tiene que ver con nuestro pasado colonial.

¿Es el momento de descolonizarnos? 

– Sí, más bien estamos retrasados, porque en nuestras mentes quedó el tema de colonización. En la historia que estudiábamos en los liceos nos dijeron que España nos dio una lengua, ellos no nos la dieron, nos impusieron a la fuerza el lenguaje de Castilla para comunicarnos. A la gente que cree en la colonización les digo que la colonización no fue un descubrimiento, fue una invasión.

Por favor, envíe una invitación a la audiencia a asistir a esta próxima 18° FILVEN del 10 al 20 de noviembre 

– Yo creo que se ha hecho bastante costumbre del venezolano asistir a esta feria, ya que no solo se realiza en Caracas sino que también recorre todo el país. La gente disfruta de las novedades, este año está homenajeado África, es interesante, porque si nosotros sufrimos África ha sufrido más. La gente verá cosas muy interesantes allí. Respecto a mi exposición, los invitó para el día miércoles 16 de noviembre a las 10:00 am al bautizo del libro que será presentado por el escritor Vladimir Acosta.