(Prensa Librerías del Sur).- El ruido del vientre de la tierra al mover sus placas, mientras que ese deslizar del suelo causaba estragos en los edificios o sencillamente se los tragaba, eso y el olor putrefacto de los cadáveres los días posteriores a la tragedia es lo que más perdura en la memoria de quienes vivieron  el espantoso terremoto de 1967. Este tema será motivo de la charla titulada “Terremoto de Caracas de 1967. Me quedó el ruido… Relatos vivenciales”, a cargo de Víctor  González  Fornier, historiador local de Lídice-La Pastora,  en el Museo de Arquitectura Juan Pedro Posani, este jueves 18 de julio, a las 2:00 p.m.

González, apasionado por la crónica, indica que este espacio girará en torno a las vivencias y testimonios de 4 personas, incluyéndolo a él, a través de la proyección de cortos documentales, donde el público tendrá la oportunidad de conocer y reflexionar sobre este hecho que marcó a toda una generación, siendo de enorme repercusión y cataclismo en la ciudad capital y en La Guaira.
Agregó que el conversatorio no se abordará desde una óptica técnica, sino desde ” la visión de quienes vivieron esa experiencia telúrica hace ya 57 años”.
Esta charla tuvo su simiente años atrás, impulsada por la Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas, Funvisis, específicamente en el marco del 50 aniversario del terremoto de Caracas de 1967.
En esta oportunidad y de manera inédita, en el Musarq habrá un invitado sorpresa.
Cabe destacar que el Musarq, en su precepto de fomentar las nociones fundamentales del área arquitectónica y disciplinas afines como la ingeniería,  ha enfatizado de manera muy particular en los sismos y las enseñanzas  que traducen  su paso en cuanto al avance e innovaciones en tecnología constructiva, materiales adecuados,   normas sismorresistentes, gestión  preventiva, formación y capacitación de los profesionales para evitar repetir errores y enfrentar este tipo de desastre natural.
Estos espacios de alguna manera reconstruyen la memoria de la ciudad y nos permiten  sumergirnos en esa consciencia colectiva para reflexionar en interrogantes cómo de qué manera nuestras estructuras arquitectónicas, e inclusive nosotros mismos, estamos preparados para enfrentarnos a un nuevo evento, sobre todo si tomamos en cuenta que prácticamente todo nuestro territorio, es altamente sísmico
El devenir de estos eventos telúricos nos ha hecho comprender muchas cosas, por ejemplo que la utilización de tejas trajo la mayoría de fatídicas consecuencias en la Caracas de los techos rojos del terremoto de 1812.
En el célebre terremoto venezolano del siglo XIX, los techos de tejas se derrumbaron, en cambio los que estaban construidos  con caña resistieron más y no hicieron tanto daño. Igual ocurrió con las paredes de mampostería que cedieron fácilmente, mientras que las construidas con tapia soportaron más.
Así como éste, son innumerables los datos que se extraen  de grandes y catastróficos sismos como  el de Cariaco, en estado Sucre en 1997;  o el que será motivo de la charla, el ocurrido en Caracas-La Guaira en  1967 .
Los especialistas que se han presentado en el Musarq, han advertido muchas veces  “no se debe construir en lugares inapropiados,  hay que tener cuidado con los materiales constructivos que se usan para cierto tipo de edificaciones”.
Con este encuentro una vez más se evidencia que el Musarq es un museo para debatir.
Prensa MPPC