Autor: José Manuel Briceño Guerrero
Frente a la constante pregunta acerca de cuál es, en definitiva, el verdadero ser latinoamericano y cuál nuestra verdadera identidad, Briceño Guerrero posiciona una indagación crítica sobre qué pensamos que somos. Y muestra en qué medida ese pensamiento puede ser una fuente de extravío más que de apertura de horizontes para que se produzca en “americano” la toma de conciencia integral de sí mismo, de su realidad social, de su puesto en el mundo. Como tres minotauros que acechan en el laberinto para devorarnos, somos presa de tres discursos: el discurso europeo segundo, el discurso cristiano-hispánico o mantuano y el discurso salvaje. Aunque ninguno de los tres prevalece sobre el otro, los tres se sabotean entre sí. E históricamente ha ganado fuerza la tendencia del discurso mantuano “como fuerza silenciosa en el período republicano hasta nuestros días, estructurando las aspiraciones y ambiciones en torno a la búsqueda personal y familiar o clánica de privilegios, noble ociosidad, filiación y no mérito, sobre relaciones señoriales de lealtad y protección”. No sin la resistencia del discurso europeo segundo, que exalta la civilidad, pero favorece formas externas de dominio. También se le opone la “secreta herida” del discurso salvaje, que evoca la inconformidad por los abusos de la conquista y la colonia.