Autor: Pedro Calzadilla
Luego de su muerte en 1830, las oligarquías echan a andar un proceso de “secuestro simbólico” de la gura histórica del Libertador Simón Bolívar. En un juego de espejos perfectamente instaurado para confundir a las mayorías, se funde en bronce una versión conveniente a los intereses de la clase dominante y se manipulan los íconos identitarios para blindar culturalmente su predominio. Se despliegan, entonces, diversas y vigorosas acciones destinadas a hilvanar estrechamente la identidad del pueblo venezolano a un proyecto de nación. Las ceremonias, conmemoraciones y las estas patrias o nacionales fueron la herramienta estelar de esta política durante el último tercio del siglo XIX, cuando Venezuela era gobernada por el presidente Antonio Guzmán Blanco.