(Prensa Librerías del Sur).- El tiempo pasa, “y yo me iré, y se quedarán los pájaros cantando”. Así, el poeta Juan Ramón Jiménez nos recuerda con esa imagen demoledora de qué se trata la transitoriedad del momento. La 20ª Feria Internacional del Libro de Venezuela 2024 traslada a los espacios de la Galería de Arte Nacional el estruendo de las voces del pueblo que ha tendido un puente inquebrantable con el conocimiento.

Después de una semana completa de esta gran fiesta literaria, y faltándonos apenas dos días para que inicie su recorrido itinerante, es un buen momento para sentarnos y evaluar: ¿Cuál es el balance? ¿Qué hemos aprendido? ¿Qué expectativas teníamos y con qué nos hemos encontrado?

En una semana tan activa, no extraña encontrarse a una personalidad como Juan Carlos Monedero, comunicador social y profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid, y escuchar sus análisis.

“La política tiene que ver con metas colectivas, con la sociedad. En democracia, tiene que ver con la construcción de una esfera pública. Esa esfera pública solo se puede construir con diálogo. Además, para conversar necesitamos palabras, para tener palabras necesitamos alfabetización y así poder luego profundizar en el mensaje. Aprender a leer y a escribir es un primer paso, y la Feria del Libro para el pueblo es un paso superior y una prueba de que se gobierna para el pueblo. Por eso, estar aquí me hace sentir parte de un proyecto hermoso que hermana a los pueblos”, aseveró.

Aquí mismo, en Caracas, también te puedes encontrar una celebridad del cine, como el sudafricano Jerry Mofokeng, quien regresó a su país conociendo “in situ” nuestra musicalidad y nuestro carisma. “Thank you, for this” (Gracias, por esto), respondió a quien le compartió un poema de nuestra América después de uno de los tantos conversatorios que ofreció.

Encuentros inesperados

Quizá te puedes conseguir a una leyenda del rock nacional como Paul Gillman, escuchando al filósofo Miguel Pérez Pirela presentar su libro. Otros tuvieron la oportunidad de hacer bailar el trompo con el ministro del Poder Popular para la Cultura, Ernesto Villegas, quien con el noble corazón de un niño aprovechó la oportunidad de jugar con un desconocido a quien se encontró en la Feria.

La Filven también es una oportunidad para compartir con amigos que, al igual que tú, tal vez no buscan libros novedosos, sino un buen vino añejo como la “Paz y la guerra”, de León Tolstói, o “Crimen y castigo”, de Fiódor Dostoyevski.

Sin duda alguna, también hay que felicitar la labor editorial de “El Perro y la Rana”, por visibilizar trabajos que en otra época, en otro momento, sería imposible siquiera imaginarlos en un stand. Gracias, por el conocimiento ancestral de la sábila. Gracias Casimira, por mostrarnos la sabiduría de nuestras parteras negras. Más de una generación de madres en el campo, cantando nuestros pasajes, no hubieran visto este nuevo tiempo si no hubiera sido por la asistencia de esas parteras.

La FILVEN también es un espacio donde el niño, el joven, el adulto y los abuelos se reconocen más allá de la edad, la raza, el credo o la fe. “Esta Feria está llena de esa riqueza particular que nos dejan distintos libros y autores venezolanos. Pero, por ser una feria internacional, no se puede despreciar la importancia que tiene ese intercambio fecundo de Venezuela con otros países del mundo”, comentó en un breve encuentro en los pasillos el homenajeado principal de este año, Benito Yrady.

Sabemos que esta celebración es una digna manera de expresar esa política y diplomacia de paz y de entendimiento que siempre hemos defendido como venezolanos. En un espacio para el reencuentro. Acá nos encontramos los continentes, aquellos que inconformes con la injusticia siembran nuevos campos para la vida. Porque, de eso trata esta fiesta, de celebrar la lectura y la vida, recordando siempre que “Leer transforma”. Los esperamos en la GAN hasta este domingo 21 de julio.

Prensa FILVEN