(Prensa Librerías del Sur).- No puede pasarse desapercibido que Haití, al igual que Palestina, en estos momentos exige al mundo y a la Organización de Naciones Unidas (ONU) una postura más coherente con lo que dicen practicar, es decir, la solidaridad.
En un ambiente marcado por ese clamor, la sala Nelson Mandela de la 20ª Feria Internacional del Libro de Venezuela (FILVEN) recibió a nuestros hermanos de Haití para que no solo hablaran sobre la historia de su revolución, sino para tocar el corazón de su audiencia con respecto a lo que ahí sucede y lo que la comunidad internacional debe hacer.
Madona Louis y Saint Hylaire Louis XVI, acompañados por el profesor y antropólogo Diógenes Díaz, integrante del Cumbe Afrodescendiente, realizaron el conversatorio “La revolución haitiana… ¿Qué pasó con la solidaridad?”.
“La revolución haitiana fue una revolución inspiradora que abrió el espacio para escribir otra historia revolucionaria, pero esta revolución no solo le costó la vida a nuestros ancestros, también nos ha costado mucho hasta hoy”, expresó Madona Louis, después que Saint Hylaire Louis realizara un resumen histórico claro y preciso sobre la revolución haitiana.
Entre 1791 y 1803, el general Toussaint Louverture lideró la única rebelión exitosa de esclavos negros, expulsando a los colonos franceses de lo que hoy es Haití. Pero el pueblo haitiano tuvo que pagarle una reparación a los franceses para que estos reconocieran su independencia.
“Después de la revolución, Haití tuvo que solicitar prestado dinero que no tenía para pagarle a Francia. Por supuesto, estos préstamos fueron depositados en bancos franceses… ¿Se imaginan? Pagarle a Francia por la independencia que hemos ganado con la fuerza de nuestros ancestros”, relataba Louis.
“Desde entonces podemos decir que Haití en realidad nunca ha sido libre, porque siempre, de manera visible o invisible, hubo una mano ahí, escribiendo una historia para nosotros”, continuó.
En las narrativas sobre nuestro hermano del Caribe se han sobreexplotado los aspectos más negativos de su realidad, con sensacional énfasis en los medios hegemónicos. Sin embargo, los hermanos haitianos quieren acciones, no solo unos golpecitos en las espalda antes del espaldarazo.
Oro, petróleo, uranio y recientemente iridio, son las riquezas de este “pobre país rico” que ansían las potencias imperiales. En ese sentido, los ponentes alertaron sobre la doble moral de estos actores, amparada en frases como “nos preocupan las bandas armadas que operan ahí”, pero la hipocresía internacional les indigna, y por eso preguntan: ¿Quiénes financian esas bandas armadas? ¿Sabían que esas armas salen desde Miami?
Esa actitud dominante no es nueva. “Pagamos la independencia para que se reconozca que nuestro país está libre”, recordaron los protagonistas del foro, quienes refirieron que Estados Unidos, en 1915, durante la llamada “ocupación americana”, impuso a Haití una convención cuyas cláusulas ponían la administración civil y militar, las finanzas, las aduanas y el banco nacional (reemplazado por el National City Bank) en manos de los estadounidenses.
Es la dura realidad de un prójimo cercano, que al igual que Palestina es una de las grandes causas de la humanidad, especialmente si se recuerda la filosofía Ubuntu, de los hermanos de Sudáfrica, país invitado de honor de la feria: “Yo soy, y todos somos juntos”. Por eso, el foro se convirtió en espacio de reencuentro, para recordar que aún faltan muchas cosas por hacer y que no se pueden hacer en soledad.
La 20ª Feria Internacional del Libro de Venezuela continuará hasta el domingo 21 de julio, ofreciendo un espacio para comunicarnos y encontrarnos con lo mejor del libro y la lectura, bajo el lema “Leer transforma”. La invitación es a acercarse, disfrutar y participar de esta fiesta literaria.
Prensa tadalafil 22 mg