(Prensa Librerías del Sur).- El libro La República Escolar. Componente básico de la educación integral, de América Bracho Arcila, desarrolla propuestas de institucionalidad educativa de cara a ejercer gobernabilidad y transformar la administración pública nacional.
La obra, publicada por la editorial El Perro y la Rana, en conjunto con la Escuela Venezolana de Planificación, desarrolla en el libro propuestas de cómo avanzar, mejorar y actualizar la Educación Básica.
Las propuestas se presenta mediante la interrogante: ¿para qué sirve la República Escolar? Es una organización interna que se le da a cualquier escuela común, con el objetivo de enseñar desde la infancia a aprender a vivir cómo se debe vivir en la República real, porque en una República Escolar el pueblo soberano está compuesto por todas las personas que constituyen la comunidad escolar, no solamente por el estudiantado.
En la República Escolar se aprende el manejo de la libertad regida por su Constitución escolar, leyes escolares y reglamentos para actividades específicas. Esas normas las debe cumplir toda la ciudadanía formada por estudiantes, el personal docente (el directivo y docentes de aula), personal administrativo y obrero. De esta manera, se busca ejercitar el principio de igualdad ante la ley y con equidad, al convivir desde la infancia con un grupo de personas con diferente edad y sexo, diferentes religiones e ideologías y pertenecientes a diferentes clases sociales, porque esa es la realidad social donde transcurre y transcurrirá su vida en un futuro muy cercano.
¿Quién es América Bracho Arcila?
La educadora América Bracho Arcila se graduó en el Pedagógico Nacional en el año 1950. En 1951 comenzó a dar clases en el Liceo Caracas como profesora de geografía, hasta 1957.
En ese año se dedicó a la lucha para derrocar a Marcos Pérez Jiménez: “Trabajábamos conjuntamente los miembros de Acción Democrática y los del Partido Comunista. Yo comencé en el Partido Comunista en tercer año de bachillerato, en el liceo Andrés Bello, cuando tenía 15 años”.
Luego, dictó clases en el liceo Carlos Soublette, ubicado en San Bernardino: “Allí hice un trabajo interesantísimo, un experimento pedagógico de extraordinarios resultados. Era educación integral”.
Bracho dictaba alguna de sus clases de geografía en el barrio Los Erasos “con un enfoque geohistórico. Y aprendían la geografía a partir de su ambiente”.
Un día le llegó un sobre del Ministerio de Educación con la planilla para la jubilación. Había cumplido 26 años como educadora.
Pero continuó como profesora en el Instituto de Educación Integral que dirigía Belén San Juan. Este colegio desapareció tras el deslave de diciembre de 1999.