(Prensa Librerías del Sur).- El libro Los laberintos de la luz. Reverón y los psiquiatras de Juan Calzadilla, recoge argumentos y diversas opiniones sobre la salud del pintor venezolano, Armando Reverón.

A través de investigaciones, opiniones, y argumentos a personalidades relacionadas al mundo de la psiquiatría, el autor Juan Calzadilla aborda los momentos de aflicción y soledad del reconocido pintor. Mediante la historia médica, se dio a conocer que el artista Reverón padeció de esquizofrenia, o alteración de la personalidad, en los últimos años de su vida.

A pesar de que la esquizofrenia es una enfermedad mental grave que afecta la forma en que una persona piensa, siente y se comporta. En algunos casos, las personas pueden parecer como si hubieran perdido el contacto con la realidad, mientras que a otros, su ingenio y creatividad lo llevan a sacar lo mejor de sí, como fue el caso de Armando Reverón.

El autor Juan Calzadilla describe en el libro, que no se sabe a ciencia cierta lo que pensaba Reverón entre su genialidad y la enfermedad, y debido a eso salieron históricas especulaciones. Sin embargo, se aborda el contexto y la sociedad en la que se desenvolvía el pintor, lo que nos permite adentrarnos a su perfil biográfico.

La obra publicada por la editorial El Perro y la Rana bajo la Colección Ensayo, presenta al lector información valiosa de unas de las personalidades más emblemáticas del país en el mundo de la cultura. Una que se encargo de mostrar su creatividad y singularidad como una forma personal de terapia, que el pintor ideó para lograr un equilibrio en su salud mental.

¿Quién es Juan Calzadilla?

Juan Calzadilla ha aportado a la cultura venezolana desde la poesía, el dibujo y la pintura, la investigación, la crítica y la promoción cultural. Cursó Letras en el Instituto Pedagógico Nacional y Filosofía en la Universidad Central de Venezuela (UCV). Desde joven escribe sobre la plástica y expone trabajos en tinta china y pastel. En los 70 fue cofundador del grupo El Techo de la Ballena. A partir de los 80 depura un estilo caligráfico basado en el gesto y el autismo psíquico.

En 1996 recibe el Premio Nacional de Artes Plásticas.