Autor: Earle Herrera
El año 2020 será memorable. Pero además es el año de la reedición de una obra que nos permite revisitar a un autor de quien creímos haberlo sabido todo. Una voz, un nombre, una presencia que se nos ha hecho familiar a través de los medios, las aulas, o la tribuna política, voz que tiene también entre sus muy diversos registros, el de la palabra poética.
En Earle Herrera lo público, colectivo, y lo íntimo, personal y propio, coexistentes, son expresados cada cual en su propio ámbito. Y porque «Hay voces que nos llaman desde adentro», en Penúltima tarde y otras tardes, el poeta se rinde y se ofrece, escucha, ya ha aprendido que la necesidad precede al habla, que amar y servir a la poesía es entregarse a la pura compulsión de indagar territorios permeados por lo visible o invisible, para que al final la palabra se entregue deshicente: «…. como la piedra que en su cuenco le guarda un poco de agua al pájaro que no aguarda». O como en «Rilke»: «Para ti el poema/como el acuario/que al pez entrega/ la visión de las cosas/ y lo contiene».