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Autor: Román Chalbaud

Quien escribe es ampliamente conocido por todos los venezolanos. Es alguien que se las sabe todas y una más en cuanto a la imagen, la luz, el encuadre, los actores. Pero aquí toma cuerpo otra cosa: “Esta es mi voz. El ancla”. Se trata de abrirse y explorar el lenguaje (esa otra forma de arte), sus cadencias, ritmos, modulación, impostación: “Esta es mi voz, rasgada, preguntado / dónde están mi camino y mi secreto”. Se intenta hablar en sordina, como quien reza, como quien encontró la llave tonal para dirigirse y oír y conversar con todo lo creado, acerca de lo sido, de recuerdos de amores, de una infancia siempre presente, de ceses y rupturas, de adioses, en fin, de una vida vivida a plenitud: “Es un cuento sin voz que se me afina / en el pulso y que seña mi garganta”.