Este poemario de Eduardo Langagne está dividido en cinco partes. La primera consiste en una serie de retratos imaginarios que tienen por denominador común a los iconos pop de una generación La segunda elucubra un diálogo más directo del poeta con sus maestros literarios. Las últimas partes del libro están constituidas por poemas más breves donde el poeta comparte sus conclusiones y consideraciones sobre el acto de escribir.